Templo de Guadalajara

Guadalajara es una de las ciudades más visitadas en todo el territorio mexicano. Esto se puede explicar por muchas razones. La primera de ellas es, por supuesto, por sus bellezas naturales que es el punto de coincidencia de las personas, no importan sus gustos, preferencias, raza, color o religión. La naturaleza es siempre un lugar de encuentro puesto que su belleza es superior a las diferencias entre las personas.

Pero más allá de los paisajes que encontramos fácilmente en esta ciudad, tenemos también otras características que hacen del hogar de los tapatíos, un sitio elegido por viajeros de todas partes del mundo. Estas características tienen que ver con ese espíritu ecléctico que se puede sentir cuando vamos caminando por las calles y que nos lleva a conocer la historia de la ciudad mientras vemos las últimas novedades del mercado en los locales comerciales. También podemos apreciar los vestigios de los pueblos originarios en los museos y al mismo tiempo asistir a una lectura de poetas contemporáneos o a una exposición de arte vanguardista, así como al último antro que se ha abierto en la ciudad.

En otro de los aspectos en que podemos notar lo ecléctico e inclusivo de esta ciudad es en el religioso, puesto que existen numerosos templos en Guadalajara que nos hablan de la presencia de diferentes credos y fieles que llegan a presentar ofrendas o agradecimientos.

Como es de suponerse, especialmente estando en México, la mayoría de estos lugares de fe son los que pertenecen a la religión católica pues es el credo oficial aceptado además de ser el más difundido y con más fieles entre los pobladores del país. Pero no es el único y eso se puede notar en varios templos en Guadalajara que no pertenecen a esta orden.

Es así como nos encontramos, por ejemplo, con el Templo de Guadalajara, construido por la llamada Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a la que se conoce popularmente como “Iglesia mormona”. Las personas que siguen a esta Iglesia se consideran cristianos pero no pertenecen a las corrientes conocidas del cristianismo sino que reivindican uno primitivo. Su autoridad más importante fue su fundador: Joseph Smith, quien comenzó con este movimiento religioso en los Estados Unidos.

El Templo de Guadalajara es uno ejemplo de la diversidad de credos en Guadalajara, de la tolerancia y el respeto por el otro, pero también es uno de los atractivos para el turismo puesto que su construcción es muy interesante y es realmente imponente, especialmente para aquellas personas que no conocían de su existencia y de repente se encuentran frente a él.

La edificación está ubicada en el número 879 de la Avenida Patria en el Fraccionamiento Jardines Tepeyac. Este templo fue el decimoprimero en construirse en el territorio mexicano y su importancia es fundamental en la región pues es la sede de culto de más de 60 mil fieles del occidente del país. Pero más allá de funcionar como un lugar donde los creyentes pueden ir a encontrarse con su espiritualidad y a formar parte de los diferentes rituales que ordena la religión, el mismo templo en sí, como construcción, es una prueba de la pertenencia y de la aceptación del mensaje divino, puesto que según la doctrina de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la construcción permanente de templos es uno de los mandatos que les fue dejado a Joseph Smith en el momento en que se le reveló, a este profeta, la verdad que este credo divulga y profesa.

Como construcción podemos decir que el Templo de Guadalajara tiene unos mil metros cuadrados y cuenta con 4 salones para las ceremonias de su comunidad. Su diseño responde a una adaptación de un clásico pináculo y la fachada nos muestra simpleza y sobriedad pero también una discreta elegancia en líneas puras y en el color blanco que da la idea de pureza. A su alrededor una serie de palmeras custodian las paredes de este templo, a la espera de la llegada de sus fieles, para renovar cada día el compromiso con su fe.

Este sitio es, además de un lugar dedicado a la religiosidad de un sector muy importante de la población de Guadalajara, un atractivo turístico pero también una interesante muestra de arquitectura para los apasionados del diseño y de esta disciplina de la construcción, que despierta la atención, la sorpresa y la admiración en aquellos que están pendientes de encontrar la belleza en los espacios y en las construcciones que se erigen en la ciudad.